Estoy desconcertado. Hablando con empresas encuentro los siguientes comentarios:
– “La culpa es de…”
– “No puedo cambiar nada…”
– “No puedo invertir en mi plantilla cuando estoy haciendo recortes e incluso despidos…”
Y lo peor es que estos comentarios, yo más bien diría CREENCIAS LIMITANTES, se esparcen por todos los rincones como un VIRUS maligno, infectando por doquier.
Y mi pregunta es:
¿Cuál es el activo más importante que tienes en la empresa que puede hacer que superes la crisis?. ¿Qué puedes hacer tú por cambiar la situación, y que sólo dependa de ti?.
Como decía Albert Einstein, “Locura es hacer una y otra vez lo mismo y esperar resultados diferentes”.
Sin duda, el valor principal de toda empresa, aquello que nadie puede copiar y que puede ser el propulsor o el freno es el trabajador. Entonces, ¿por qué no se apuesta por él?, ¿por qué no se le forma?, ¿por qué no se le motiva y potencia sus habilidades, para que con el mismo trabajo se obtengan mayores resultados?.
Según estudios recientes, no se está aprovechando ni el 45% del talento real de los trabajadores. Así pues, ante esta crisis, como dice su significado oriental, podemos ahogarnos en su PELIGRO, o ver las OPORTUNIDADES ocultas.
Te dejo esta historia que bien podría sucederte mañana cuando llegues a tu lugar de trabajo:
Un día, cuando los empleados llegaron a trabajar, encontraron en la recepción un enorme letrero en el que estaba escrito:
«Ayer falleció la persona que impedía el crecimiento de Usted en esta empresa. Está invitado al velorio».
Al comienzo, todos se entristecieron por la muerte de uno de sus compañeros, pero después comenzaron a sentir curiosidad por saber quién era el que estaba impidiendo el crecimiento de sus compañeros y la empresa.
La agitación en el velatorio era tan grande que fue necesario llamar a los de seguridad para organizar una la fila.
Conforme las personas iban acercándose al ataúd, la excitación aumentaba:
¿Quién será que estaba impidiendo mi progreso?. ¡Qué bueno que el infeliz murió!!
Uno a uno, los empleados agitados se aproximaban al ataúd, miraban al difunto y tragaban seco.
Se quedaban unos minutos en el más absoluto silencio, como si les hubieran tocado lo más profundo del alma.
Pues bien, en el fondo del ataúd había un espejo,…cada uno se veía a si mismo…. con el siguiente letrero:
«Sólo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento: ¡TU MISMO»!
Tú eres la única persona que puede hacer una revolución en tu vida.
Tú eres la única persona que puede perjudicar tu vida, y tú eres la única persona que se puede ayudar a sí mismo.
Tu vida/empresa no cambia cuando cambian tus amigos, tus padres, tu pareja, o tu jefe, si no cuando tú cambias. Tienes un gran poder dentro tuyo, y pequeños cambios pueden ser grandes resultados, en tu vida y/o empresa.
Y recuerda: “El peor enemigo no está fuera, si no dentro de tu mente”.
Jordi Urgell
Socio
jurgell@cataliza.org www.cataliza.org