El otro día leía en el libro “Y tu… ¿Trabajas en una empresa sana o tóxica?” de Patrick Lencioni el siguiente párrafo: “Conservar a un empleado relativamente bueno que no encaja con la cultura de la empresa genera una serie de problemas. Pero, sobre todo, transmite a los empleados un mensaje alto y claro de que la organización no se toma tan en serio aquello en lo que dice creer”.
En el mismo capítulo, más adelante dice: “Los empleados menos eficientes, pero que encajan con los valores, reciben el coach y la ayuda necesaria para prosperar”; y es sobre esta frase sobre la que quiero reflexionar.
En las organizaciones, pequeñas y grandes, es habitual acabar despidiendo a estas personas menos eficientes por culpa de la inmediatez y el corto – placismo, sin hacer un esfuerzo para que prosperen, perdiendo la empresa unos empleados muy comprometidos que a la larga reportarán muchos más beneficios que otros más eficientes.
Lo digo por qué yo he sido un defensor acérrimo de estas personas y he tenido que luchar muy a menudo con mis colaboradores para defenderlas.
En la actualidad, desde mi visión como coach, aún lo tengo mucho más claro; en las empresas hay un montón de buenos empleados que: encajan perfectamente con los valores de la organización, tienen un alto nivel de compromiso, con un buen proceso de coaching crecerían exponencialmente, los estamos desaprovechando y quizás acabemos despidiéndolos…
Francesc Blasco
Socio Cataliza
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