Cuando estamos inmersos en un proyecto y no se cumplen los plazos o hay quien no se compromete lo suficiente y no realiza su parte, los que somos seguidores rigurosos de tiempos y compromisos, nos desesperamos, pero hay un elemento que, posiblemente, no tengamos en cuenta: la motivación de las personas hacia ese objetivo, y es que sin ella, no hay pasión si no obligación.
Podemos argüir en su contra, la necesidad del compromiso, la responsabilidad personal, etc. etc., pero entiendo que si no existe esa chispa de pasión, si no hemos sido capaces de transmitir esas llamaradas, es difícil que prenda en otros y que, por tanto, el engranaje funcione como si de un reloj suizo se tratase. Sigue leyendo →