Ante una situación de crisis, el estado de bienestar se rompe abriendo paso a una fase de negación de la realidad, en la que se intenta que todo permanezca igual que antes.
El estado de bienestar es aquel en el que las cosas nos parecen bien como están: la pareja que tienes es TU pareja, el trabajo te ofrece las experiencias que deseas. Encuentras apoyo en tus amigos. Si tienes barco y sales a navegar no piensas que haya barcos mejores, y te concentras en disfrutar del viento, del sol y el mar. Todo transcurre de forma placentera.
Pero las cosas cambian y llega una crisis – un punto de no retorno. Si es una crisis traumática la fase de negación resultará más corta porque la realidad es innegable. Pero, por lo general, el cambio que conduce hacia una crisis de identidad suele ser lento y acumulativo. Algo va mal y después vuelve a ir bien, aunque no del todo. Sigue leyendo