
En función de, si las personas están emocionalmente e intelectualmente satisfechas, o no, podemos establecer cuatro grupos distintos de personas, haciendo las combinaciones posibles de las cuatro posibilidades.
1. Si una persona está emocionalmente e intelectualmente satisfecha, significa que tiene una fuerte autoestima, se siente suficientemente reconocida y además considera que sabe todo lo que necesita para ser eficaz en su trabajo. Este tipo de persona se siente agradecida por lo que le da su empresa, pero siempre será reacia a los cambios, que le pueden sacar de su zona de confort.
2. Una persona emocionalmente satisfecha pero intelectualmente insatisfecha también se sentirá emocionalmente completa, pero al sentirse insatisfecha intelectualmente, buscará nuevas formas de hacer las cosas y avanzar en su trabajo. Este tipo de personas son proactivas, buscan las oportunidades y son el mejor activo para cualquier empresa.
3. La cosa se complica cuando nos encontramos ante una persona intelectualmente satisfecha pero emocionalmente insatisfecha. No se siente reconocido y cree que sabe lo suficiente en su puesto de trabajo. Su reacción será reivindicativa. No tiene confianza en su empresa y exige algún beneficio previo antes de involucrarse en cualquier cambio. Primero pide una recompensa y después se implica.
4. La última posibilidad es la del trabajador intelectual y emocionalmente insatisfecho. En este caso tenemos problemas. Todo lo encuentra mal y se opone a cualquier cosa. Hace crítica destructiva constantemente. Este tipo de trabajador, normalmente no acaba su contrato de trabajo, ya sea por despido o por propia iniciativa.
Según estas pautas, un buen líder será aquel que consiga que ninguno de los componentes de su equipo forme parte de los grupos 3 y 4, es decir emocionalmente insatisfecho, y que la mayoría estén en el grupo 2, es decir intelectualmente insatisfecho.
Francesc Blasco
Socio
fblasco@cataliza.org http://www.cataliza.org