Es evidente que las personas pensamos de diferentes maneras y que por lo tanto actuamos de distintas formas.
Es tan evidente que a menudo olvidamos la importancia que tiene esta característica del ser humano para él mismo y para su relación con otros seres.
Sin entrar a valorar de donde proceden dichas diferencias, sí que me gustaría hablar sobre las consecuencias en la manera de actuar, a partir de unas sencillas hipótesis sobre las variables que las provocan.