Me gusta comparar una empresa con un molino de viento.
Para que sea rentable y productivo necesita: una buena construcción , colocarlo en el lugar adecuado y el viento suficiente.
En el ámbito empresarial, un aspecto clave para que el viento mueva al molino es saber llegar al corazón de sus profesionales y de sus clientes.
Los líderes son los que mueven o paralizan a las personas. Y lo que hasta hace poco parecía un efecto mágico, ahora las ciencias neurológicas avalan esta dinámica.
Un líder gestiona sobretodo intangibles para lograr los resultados: relaciones, actitudes, expectativas, compromisos, valores, comportamientos, motivaciones, ideas, formas de pensar, emociones…los aspectos que no se ven y que son clave.
Los molinos que hoy no está funcionando a pleno rendimiento son los que no tienen una visión clara, o no tienen vientos a favor: energía emocional, confianza suficiente, una comunicación efectiva con el equipo, o un nivel de compromiso.
Para que nuestro molino sea efectivo, es importante la coherencia: alinear los objetivos, los planes estratégicos y los sistemas, con la forma de pensar, sentir y comportarse de las personas.
De este modo, la dinámica del éxito y los vientos pueden jugar a nuestro favor.
Un Coach Ejecutivo puede guiarte en esta reflexión. Porque “lo esencial es invisible a los ojos” (A. Saint-Exupéry).
Marta Esteban
Socia