Desayunos Cataliza

El viernes pasado celebramos nuestro habitual Desayuno Cataliza. Un momento para desayunar y vernos las caras, muy cerquita de la Plaza Cataluña de Barcelona.

Aprovecho para ultimar  una oferta para una importante empresa multinacional que vamos a presentar la próxima semana. Ellos nos han llamado y ésta será la tercera reunión. El proyecto es muy innovador y seríamos una de las primeras empresas de España en poner en marcha un proyecto de esta magnitud y enfoque. Ya soñamos con trabajar junto a ellos. Mi compañera y yo queremos ofrecer y recibir, mostrar nuestra experiencia y buen hacer para cubrir sus objetivos, conseguir que avancen, que pierdan el miedo al fracaso que siempre es inherente a cualquier proyecto nuevo y puntero. Para ello, ya nos hemos reunido una vez, ahora toca trabajo individual y después volver a juntarnos para darle el toque final a la preparación de la oferta. Cataliza es la suma de individualidades y también aquello que formamos entre todos, honrando a nuestra libertad personal, a nuestros contactos profesionales y nuestros intereses.

Momentos como el de esta mañana son necesarios en las empresas, sean cooperativas o sociedades anónimas, pymes o grandes corporaciones. Sentarse, parar, desayunar, hablar, relajarse, ponerse al día. Y viene a mi cabeza una de las acciones que se prometieron un equipo de Dirección que tuve el placer de acompañar en su proceso de desarrollo. El Equipo iba avanzando a buen ritmo. Como persona de Recursos Humanos, cada semana visitaba su fábrica para saber que tal les iba, charlar con algunos de ellos, compartir proyectos… y así como quien no quiere la cosa un buen día decidieron hacer balance de su situación como equipo de Dirección, aceptando contestar una encuesta donde se preguntaba por la salud del equipo y su líder.

La jornada de trabajo de compartir feedback fue larga y extensa. Con mucho contenido y emociones. Las voces se iban entremezclando entre la crítica y el constructivismo. De todas las acciones o compromisos recuerdo especialmente una: cada martes se reunirían para desayunar juntos de 8 a 9. Parón. Momento informal. Momento de limar rencillas. Y funcionó. Todo empezó a fluir y se tomaron decisiones a partir de ahí de mayor envergadura.

Me gustan esos momentos de “café”. En HP se llama “café informativo”, es de pie, el director frente a los empleados, llegábamos a ser unos 600. Un viernes al mes. Aprovechábamos para celebrar las patentes, las ventas, anunciar nuevos productos.

En Sara Lee era al  mediodía y se llama “tapas”, así que había un pica-pica el mediodía del viernes para amenizar el evento. De nuevo, más de 100 personas frente a gente de marketing que mostraba los nuevos anuncios o alguna idea creativa para dinamizar la lluvia de nuevas ideas.

Estoy convencida que así como a los creativos les vienen ideas bajo la ducha, a los equipos les va bien salir de su día a día, contratar a un coach o dinamizador externo o interno, salir de sus sillas y ver que pasa… Os aseguro que se consiguen milagros y equipos más motivados…

¿Cómo llevas tu esos momentos en tu puesto de trabajo y equipo?

¿Cuán a menudo celebráis que estáis juntos?

¿Necesitáis un empujoncito para montar una iniciativa así?

Judith Aparicio – Socia Catalizadora

japaricio@cataliza.org  www.cataliza.org

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